domingo, 22 de junio de 2014

capítulo 22

Con la ayuda de Ahmed Hazin, la policía logró salvar al pequeño Abdel.
Su madre y sus padrinos se alegraron cuando les vieron, pero la alegría menguó cuando supieron que Marcos y su amante habían conseguido escapar. Mientras esos demonios estuvieran sueltos, ellos seguirían estando en peligro.
La única que se mostró optimista fue Anne, pues quería pensar que no volverían a molestarles. Se había prometido que no viviría con miedo, y para ello debía pensar que nada malo iba a ocurrirle, que a partir de ahora la vida le sonreiría.
Aunque no fue así, por desgracia. Aquella diabólica pareja tenía en mente algo que arruinaría la vida a London y a Anne: Iban a asesinar al padre de Anne y harían que pareciera que ellas habían cometido el crimen.
De ese modo ambas acabarían en prisión y sus vidas se convertirían en un infierno. 
Laura pensaba que en la cárcel o las asesinarían o se suicidarían. 
Al igual que Marcos, estaba convencida de que era un plan brillante y nada se torcería.
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London deseó morirse cuando supo que habían asesinado al padre de su amiga y que ella y la hija de la víctima eran sospechosas. 
No tardó en pensar en Marcos, él era la única persona a la que conocía capaz de algo así. Pero por desgracia no podía demostrar que ella y Anne eran inocentes.
Ahmed no se resignó y prometió a su esposa que encontraría a ese malnacido y lograría que confesara que el crimen lo habían cometido él y su amante.
El magnate pagó la cuantiosa fianza para evitar que su mujer y la madrina de su hijo ingresaran en prisión y habló con la policía para convencerles de que debían dar con Marcos antes de condenar a las sospechosas.
Accedieron a hacerlo, aunque les costaba creer que todo hubiera sido cosa de Marcos porque las pruebas parecían genuinas, nada indicaba que la escena del crimen hubiera sido manipulada.
Mientras, Marcos y Laura hablaban de lo que habían hecho. 
Conversaban sobre la fiesta que organizarían para celebrar el éxito de su plan, pues sabían de boca de sus informadores que todo iba según lo esperado. Sólo restaba negar que ellos hubieran sido los asesinos en caso de que les detuvieran e interrogaran.
Ya sentían que habían ganado, pensaban que nada fallaría, creían que su plan era de verdad infalible. 


1 comentario:

  1. Me alegro mucho por lo del bebé. Marcos y su cómplice son unos malnacidos!

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