lunes, 7 de julio de 2014

Capítulo 39


Anne se sorprendió cuando aquel miserable aparcó frente a la mansión de London y Ahmed.
Aquello significaba que también deseaba acabar con ellos, había venido a exterminar a su familia. Lo contempló aterrada. ¿Por qué no se conformaba con acabar con ellos? El señor Herrera era, sin duda, el diablo en persona.
Los hizo bajar del vehículo y entraron en la vivienda.
Salieron con Ahmed, London, Aisha y el bebé, al cual su madre trataba de calmar.
Subieron al Volkswagen Touran de aquel hombre aterrados.
'¿Qué tienes en mente hacernos, malnacido?' Pensaba Anne mirando al joven Andrew en actitud desafiante. 'Ya sufrimos cuando estuvimos en prisión... ¡Creo que ya deberíais dejarnos vivir en paz!'
- Bien... Bien. -dijo Andrew mirándoles antes de poner el coche en marcha. -Pronto moriréis... Os mataré por tandas. Os quemaré. -dejó escapar una sonora carcajada.
- Eso será si puedes... -contestó Anne mirando por la ventanilla. Tenía la esperanza de que alguien les rescatara.

-Yo no soy Albert... No voy a dejar el trabajo sin hacer. -negó con la cabeza riendo. -Él era demasiado blando... Yo soy un verdadero asesino.
- Eres un ser ruin y despreciable. -le espetó London.
Decir eso fue un error dado que aquel monstruo volvió al hogar de Anne y obligó a todos a salir. Los llevó al salón principal, y allí abusó de London ante su marido, el cual lo miraba con odio.
Una vez estuvieron de nuevo en el coche, Ahmed tomó las manos de London entre las suyas y le dijo que no se preocupara, pues tenía la esperanza de que alguien evitara que les mataran.
'Volveremos a casa sanos y salvos. Estoy convencido de ello.' Pensó el magnate, pues a pesar de que estaba tan asustado como el resto, quería ser optimista.

Aquel pérfido joven rió ante tanta ternura y fue a recoger a Muhammad. Tras eso partió rumbo a su hogar.
Tardaron dos horas en llegar al destino.
La vivienda de aquel hombre era preciosa, si no supieran que iban a morir habrían disfrutado de estar allí.
El magnate, tras mucho meditar, tuvo una idea para escapar. El plan era arriesgado, pero era eso o morir a manos de aquel asesino a sueldo llamado Andrew.

Lo que Ahmed tenía en mente era enfrentarse a él en un cuerpo a cuerpo, y herirle lo suficiente como para que no pudiera levantarse. Luego haría que aquel hombre le diera las llaves de la casa y escaparían.
- ¡Ven y enfréntate a mi! Si gano... ¡Nos dejas ir! -gritó Ahmed mirando a Andrew con desprecio.
Este aceptó el desafío. London los miraba aturdida y deseó que su marido saliera victorioso.
El sicario atravesó al magnate con la mirada, pensando que podría acabar con él en el combate.
Anne los miró preocupada. No sabía como acabaría aquello, pensaba que la idea del primo de su esposo era una locura.

Por fortuna, el esposo de London sabía pelear y no tardó en hacer que aquel hombre se rindiera, pues no tenía fuerzas para continuar. Tomó las llaves y corrieron al coche.
Andrew se quedó mirándolos furioso. Lo próximo sería secuestrar a las tres mujeres para convertirlas en sus esclavas.

2 comentarios:

  1. Menos mal que pudieron librarse de momento de Andrew,pero espero que su plan B falle

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