viernes, 11 de julio de 2014

capítulo 48

El pequeño Ashraf creció siendo un niño feliz. Admiraba a su padre, el cual disfrutaba estando con él, y quería a su madre, la cual le cuidaba con cariño, adoraba a su hijo.
Pero al cumplir los cuatro años todo cambió, pues el nuevo Don secuestró a su tía y llamó al día siguiente. Mintió diciendo que estaba muerta, que la había asesinado.
Ahmed se sumió en un estado de profunda tristeza que hizo que se alejara de su primo y de Anne, pues no quería estar con ellos en aquellos momentos. No deseaba estar con nadie.
Con el tiempo lo fue superando, y volvió a hablar a su familia.
La dulce Anne hablaba todos los días con el pequeño Abdel, a aquel dulce y tierno niño le costaría superar lo ocurrido.
Ahmed, por su parte, tenía que sacar fuerzas para levantarse por las mañanas, pues los días sin su mujer no eran tan bonitos. Pero procuraba estar animado por su hijo, tenía que ser fuerte por él.
Cada día, él, su primo y Anne esperaban una llamada de la policía diciendo que habían detenido a esos canallas, pero la llamada no llegaba.
El pequeño Ashraf se volcaba en su primo, era sensato y maduro para su edad y sabía que necesitaba apoyo. No se separaba de él en ningún momento cuando iban a ver a Ahmed.
A Anne le gustaba ver que su hijo era tan sensible. Sin duda, era como su padre: cariñoso y atento.
Pero iba a sufrir, él y su primo lo iban a hacer. Varios niños de la zona la tomaron con ellos por sus creencias y poco a poco lograron que todos los niños se pusieran en su contra. Les decían moros de mierda cuando pasaban y les tiraban piedras.
Abdel, Anne y Ahmed, indignados, decidieron que eso no iba a quedar así.
Hablarían con esos niños, les dejarían claro que no iban a quedarse mirando como humillaban a sus hijos sin hacer nada.
Esperaban poder detener aquella espiral de violencia, deseaban vivir en paz.

Los niños se mostraron firmes y no dudaron a la hora de mantenerse leales al Islam en ningún momento, cosa que enorgullecía a sus padres. Aquellos pequeños eran muy especiales. Eran tan hermosos como fuertes y sensibles, y se mantenían firmes en todo momento, no dejaban que les hundieran, algo digno de admiración dada su corta edad: uno tenía 5 años y el otro cuatro.
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La joven London sintió alivio la noche que pudo robar el móvil de aquel que la obligaba a prostituírse. Ahora podría hacer saber a su esposo que estaba bien, que no la habían asesinado, y que tenía un plan para escapar pues aquel hombre tenía objetos que ayudarían en su plan.
- Querido Ahmed: -tecleó.- Estar alejada de ti es horrible. Quiero que sepas que no he muerto.
Dejó de escribir. ¿Para qué un mensaje? Salió al jardín y le llamó.
Saber que no era viudo alegró a Ahmed. ¡Su London no estaba muerta! Quiso gritar de alegría, pero se contuvo.No podía hacer ver que estaba feliz, podían estar espiando.
- Por favor, Ahmed... No digas nada a nuestro hijo. Ni a nadie... -suspiró.- Podrían tener nuestra casa vigilada... Si se enteran de que sabes que ni me han matado ni piensan hacerlo me ejecutarían... O peor aún, podrían acabar contigo y con nuestro hijo. -rompió a llorar, le podía el pensar que su hijo lloraba su muerte cuando estaba viva.
- Sé que... -simuló tristeza.- Mañana hablamos. -Y colgó.
Su London... Su London no estaba muerta. ¡Bien! Lástima que no pudiera hablar de aquello, aliviaría a la familia.
Su mente se centró en su hijo, Abdel. Le alegraría saber que su madre aún respiraba ya que estaba sufriendo por culpa de los niños de la zona. Eso haría todo soportable.
Pero no lo podía hacer, o matarían a London de verdad.
Sintió el deseo de escribir a su esposa, pero no lo hizo. Aquel móvil era del nuevo Don.
Enviaría a varios de sus hombres a buscar a su mujer, los infiltraría entre los sicarios de aquel malnacido. Esperaba que pudiera volver pronto a casa, su falta le estaba matando.

2 comentarios:

  1. No es justo que a los niños los discriminen por ser de otro credo. Espero que puedan liberar a London,no se merece eso.

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  2. Los pobres están sufriendo lo indecible pero se mantienen firmes, tienen personalidad, como sus padres :):).
    Y en cuanto a London, lo peor para ella es que sus seres queridos lloren su muerte estando ella viva. Eso unido al infierno que vive siendo prostituta a la fuerza... la pobre está destrozada.

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